El texto propuesto hace referencia a la transformación sufrida en nuestra concepción del tiempo y del espacio desde la irrupción de Internet, analizando los cambios acontecidos en ambos. Así, expone el autor que Internet nos ha hecho sentir más cerca de todas las personas que habitan el mundo y ha estrechado la distancia existente, haciéndonos sentir en relación con personas que no conocemos; sin embargo, paradójicamente, esto se provoca a la misma vez que nos podamos sentir alejados o diferentes de personas que tenemos muy próximas físicamente.
Esta transformación espaciotemporal propicia también, según el autor, una homogeneización a nivel global de las maneras de pensar, los gustos y las opiniones; en suma, entiende que la situación deriva en una educación similar, creándose de este modo un sistema cultural prácticamente idéntico en diferentes lugares del planeta. Sin embargo, esta globalización digital no ha servido para pulir determinadas desigualdades preexistentes, reflejando e impulsando, por otro lado, los conflictos y recelos que la sociedad en sí misma posee, siendo a su vez una posible fuente de falsedad.
Así pues, nos encontramos con que la Red se constituye en un escaparate del protagonismo del usuario, al favorecer la individualidad y el egocentrismo, pues termina por hacerle sentir como parte integrante de un conjunto auto-organizado y global, a diferencia de los métodos y medios de comunicación tradicionales. Debido a esta individualidad las relaciones sociales se ven igualmente afectadas ya que, pese a que se comparte un medio de comunicación social, la Red, se olvida en multitud de ocasiones la relación interpersonal basada en una misma situación de espacio y tiempo. Por añadidura, este tipo de relación vía Internet no requiere referencia alguna al pasado de los interactuantes, tanto en su aspecto netamente individual como grupal, ni tampoco precisa de relación preexistente entre ellos, con lo que incluso pueden llegar a surgir relaciones basadas en identidades falsas.
Expone el autor del texto que la sociedad de consumo y la velocidad de la misma tienen su eco en Internet, haciendo al usuario participar en la Red de manera rápida y constante; así, se transforma a la sociedad red en sociedad de consumo, de modo tal que la no participación del sujeto en la misma desemboca en su desaparición del mundo digital. Esta transformación se fundamenta en los mensajes en la Red, que constituyen el equivalente a los productos de la sociedad de consumo, pudiendo el individuo terminar viviendo por y para consumir, olvidando el trabajo como medio de vida.
Paralelamente, este consumo masivo contribuye a la homogeneización de los patrones sociales e individuales, detectándose una tendencia a la sustitución de valores generales por grupales, de tal suerte que el usuario parece que se dirige a donde quiere, cuando quiere. Sin embargo, este proceso de suscripciones a determinados grupos que, aparentemente parece expresión de la libertad individual plena, implica en última instancia que el usuario de la Red está restringido a determinados grupos preexistentes, de forma que esta libertad plena no es tal, sino que está limitada y dirigida. Esta predeterminación de las acciones del individuo, se torna en imposición en el momento en que los usuarios optan por la comodidad, prescindiendo de la toma de decisiones puramente personales.
Finalmente, expone el autor que la información y la publicidad en Internet han alcanzado una relación tan estrecha que se torna inseparable. Así, analiza que, a día de hoy, resulta difícil distinguir dónde termina la primera y dónde empieza la segunda, y viceversa, llegando incluso a parecer que ambos conceptos están íntimamente entrelazados, algo que, por otra parte, refleja la unión existente entre tecnología y economía.
Personalmente, considero que los ejemplos desarrollados a lo largo del texto propuesto son bastante clarificadores a la hora de comprender la implicación de Internet en la transformación social expuesta. Es cierto, a mi parecer, que nos encontramos inmersos en una corriente globalizadora en diferentes ámbitos de la vida social y que la Red ha favorecido e impulsado esta corriente. En este aspecto, la alimentación, por citar un ejemplo, podríamos decir que tiende a ser más homogénea que en tiempos pasados; mientras, por otro lado, la individualidad y el sentido de pertenencia a un grupo diferenciado está presente, desde mi punto de vista, en las corrientes independentistas de la actualidad.